Nuestra Emisora

domingo, 18 de agosto de 2024

ES TAREA DE TODOS Y TODAS


 

foto de Urdimbre.

    El tema de la contaminación por basuras sigue siendo em la ciudad de Bogotá, una guerra casi perdida, no obstante las campañas y efuerzos de la administración distrital.  Sigue siendo un problema muy complejo y nos compete a todos y todas. 

El promedio de ciudadanos que visitan el centro de la ciudad, supera los 2 millones diariamente, aunque menos del 50% son residentes, lo que hacee que el centro capitalino sea un centro itinerante de actividades tanto comerciales como culturales y centro universitario por excelencia, virtudes que se le atribuyen a su aservo cultural e identidad, al ser sitio visitado, por excelencia en la capital colombiana. 

Razón por la cual, los bogotanos producimos un record de basuras que va a afectar las calles y avenidas precisamente, del Centro otrora histórico y Cultural. Decimos otrora, porque es tamaño despropósito decir que el estado que presentan sus calles y el deterioro progresivo de los últimos 4 años, ha llevado a aumentar drásticamente tanto la habitabilidad en calle como el descuido y despreocupación de las principales autoridades en materia ambiental, salud ocupacional, patrimonio y otras relacionadas con el entorno sano y de bienestar para la ciudad.(Según informe publicado por la Secretaria de Integración Social 2021)

¨Bogotá, como ciudad capital, es particularmente susceptible a esta problemática, ya que a diario no solo es receptora de personas provenientes de todas las regiones del país, con múltiples necesidades básicas por resolver sino también de personas que a causa del abuso de drogas, desempleo, dificultades económicas, desintegración familiar o incluso por decisión propia, ven en la calle un modo de subsistencia.

En este sentido, el habitante de calle es apenas la cara visible y la ficha más débil en un sistema de iniquidades sociales y económicas que son de vieja data, pero que bien podrían ser reparables desde la intervención social y estatal.

El ser la cara visible de una realidad de iniquidad y miseria, a menudo convierte a los habitantes de calle en blanco fácil, chivos expiatorios a la hora de buscar culpables rápidos de situaciones que como la inseguridad, la contaminación o el consumo de drogas, obedecen a múltiples factores; por citar solo dos: la fragmentación de la respuesta institucional y una frágil cultura ciudadana. Claro, sin que esto oculte la participación de habitantes de calle, que, como actores sociales, coadyuvan y conviven en medio de estas problemáticas.


Vale la pena mencionar que la Corte Constitucional, en la Sentencia C-0040 de 2006, declaró que la mendicidad –y asociada a ella la habitabilidad en calle- no son delito o contravención en sí mismos; a la vez que reza que ninguna persona podrá ser recluida o forzada a recibir tratamiento de rehabilitación del consumo de drogas, contra su voluntad. Esta sentencia, desconocida para la mayoría de los ciudadanos-as, a la vez que reconoce el estado de vulneración de los derechos de mendigos y habitantes de calle, delimitó el actuar institucional –con sus pros y contras- frente a la toma de medidas coercitivas o por vías de hecho para resocializar, recluir o rehabilitar a estas personas.

De esta manera, la acción de las instituciones, principal aunque no exclusivamente, de los sectores de Salud e Integración Social de la administración distrital, se ha encaminado a la promoción de un modelo de atención que permita la restitución y garantía de los derechos de esta población.

La ciudadanía en general, comerciantes, vecinos-as, transeúntes, amas de casa, pasajeros, empleados-as, estudiantes, organizaciones sociales, también podemos contribuir, si no a la erradicación total de la mendicidad y la habitabilidad en calle –un ideal de difícil cumplimiento en el modelo económico actual-, sí a disminuir el impacto del fenómeno, en términos de seguridad humana y sana convivencia, en nuestros barrios y localidades.¨ En lo corrido del año 2022, se han atendido 8.528 ciudadanos y ciudadanas habitantes de calle en diferentes unidades operativas. En esos dos últimos años, la cifra ha crecido en mas del 20% lo que quiere decir que han empeorado las condiciones de colombianos, que hacen que crezca el fenomeno de mendicidad y hambre, presentes en las calles de la ciudad, y principalmente en el centro de la capital.

Dirigiendo la mirada hacia que tanta basura producimos los colombianos, y en las calles el drama que es de todos, la pobreza y la mentalidad de los hipermercados de grandes superficies en todos los baarrios, dirigiendo por supuesto el consumo hacia la comida chatarra, ultraprocesada, con el rótulo de barata, por un lado estamos incrementando las utilidades de Santodomingo y Cia, y de paso nos estamos contaminando de alimentos sobre plastificados. Que hacer?  Empezar por Reducir y Reciclar plásticos de un solo uso, que atiborran las alcantarillas de la ciudad. 

 Incrementar las normas de cuidado y bienestar alimentario, así como la cultura ciudadana en los barrios, es la apuesta.  Estamos repletos de basura por todas partes...S.O.S.  Ojalá las autoridades así lo interpreten y apliquen estrategias para resolver una crisis inminente, con la llegada del fenómeno de lluvias, donde no habrá manera de destapar el alcantarillado y desagues que conducen a la ciudad a un inminente desastre ambiental, sin precedentes...








 


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