Mandato Popular del Centro.
LA PLANEACION Y LA
PARTICIPACION SON LOS RECURSOS CIVILES POR EXCELENCIA PARA GANARLE LA GUERRA A
LA GUERRA – SALIRLE AL PASO AL DESPILFARRO YLA CORRUPCION– LA PLANEACION DEBE PASAR DE SER EL
HAZMEREIR DE LOS GOBIERNOS -LOCALES, DISTRITAL Y NACIONAL– A SER LA CONSTRUCTORA DEL PODER DE
LOS PUEBLOS.
EN COLOMBIA Y BOGOTA
La terrible situación de las
mayorías en Colombia y de la Bogotá popular actual (70% en pobreza relativa,
13% en la miseria) es ilustrativa, pese a que desde mediados del siglo pasado
se adoptó la Planeación como mandato de Ley y desde la Constitución de 1991
tiene -con la Participación- rango constitucional y que el Estado -se supone-
es la garantía para que los desequilibrios “naturales” entre la sociedad se
inclinen en favor de los más vulnerables. Todos sabemos que sucede exactamente
lo contrario.
Hay abuso privado y permanente con lo público, desvergonzada danza de
los millones para los avivatos y desconsideración con el drama de las mayorías.
De frente una corruptela que las mismas entidades de control calculan en 8
billones de pesos anuales, antes de REFICAR y de ISAGEN, esos atracos al
patrimonio de todos. No es algo nuevo, recordemos los Metros Coomevas y
Saludcoops, Foncolpuertos, Dragacoles y Guavios del pasado.
Mayor
simulación no hay, el Departamento Nacional de Planeación DNP es un
super-Ministerio desde el llamado Frente Nacional cincuenta (50) años atrás.
Los Gobiernos Nacional, de Departamentos y Municipales cuentan con sus Planes
como mandato constitucional y de ley, pero no hay soluciones para las gentes
del común en los campos y ciudades.
Desde entonces
no hay Ministerio que no tenga su respectiva y flamante Jefatura de Planeación,
en el Congreso Nacional los llamados “Representantes” pugnan por pertenecer a
la Comisión del Plan, que nunca ha funcionado. El Gobierno Nacional,
Departamentales y Municipales cuentan con sus Planes de Desarrollo como mandato
constitucional y de ley, pero no hay soluciones para las gentes del común en
los campos y ciudades.
En obediencia
a la actual Constitución Nacional (Título XII, Capítulo 2, Artículos 339 a 344)
la Ley 152 de 1994 ordena la Planeación y su aplicación en Bogotá (Acuerdos 12
de 1994 y 13 de 2000) se extienden en considerandos y resoluciones que
cualquier desprevenido se preguntaría porqué Colombia y la capital no es un
paraíso de gentes satisfechas. Hay principios como la autonomía, la
coordinación, la prioridad del gasto público social, la continuidad, la
participación -claro-, la sustentabilidad ambiental, la concurrencia, la complementariedad entre
los presupuestos en todas las escalas. Más
seriedad y democracia imposible -en los enunciados- porque -en la práctica- es
una dictadura de corruptos.
La historia de cómo y para quien se
“planea” es no creíble pero cierta. Pasa por las Comisiones de Ejidos en
todos los Municipios y Provincias de Colombia extendiendo la hacienda propia
sobre lo de todos. En la llamada Beneficencia de Cundinamarca es ilustrativo el
ejemplo desmesurado de la Hacienda El Salitre que vincula apellidos como
Mazuera y Barco, quienes usando y abusando de la información pública consumaron
sus crímenes contra la ciudad pero aparecen como prohombres de la historia.
Extienden las líneas de poblamiento, compran barato y/o se apropian de las
tierras que ingresan al perímetro urbano y hacen “su agosto”, en este caso sus
Modelias, Mazurenes, Milentas, Madelenas y demás eMes de Mazuera.
Lo del Hospital Universitario San Juan de
Dios “no tiene nombre”. José Joaquín Vargas dona la Hacienda de El Salitre
en 1922 “para que de sus explotaciones se mantengan los hospicios y asilos para
los menesterosos de la ciudad”. Hoy esa Hacienda va de la calle 24 a la calle
68 y cuadras arriba de la hoy Carrera 30 a la Avenida Boyacá (Cra. 72). Hoy ahí
queda “todo”, El Estadio El Campin, la Universidad Nacional, el Agustín
Codazzi, el CAN, la Gobernación de Cundinamarca, los Clubes Militares y de la
Policía, la Embajada de los USA, los grandes medios (con hasta dos o más
edificaciones) como RCN, Caracol, El Tiempo, El Espectador, La Republica, El
Siglo, las Cámaras de Infraestructura y de Comercio, las sedes Bancarias,
Colsubsidio, Comfenalco y etc, etc, además de las Urbanizaciones con M, El
Salitre y más. Mientras su legítimo dueño el Hospital de San Juan es un
moribundo recibiendo respiración boca a boca. El Secretario de Salud habla de construir
otros Hospitales donde está el San Juan, pese a que la Ley 735 de 2002 ordena
su apertura. No solo eso, Peñalosa anunció que el Proyecto CAN-Ministerios
también va, lo cual significa apropiarse del mismo CAN, una porción de la
Universidad Nacional (el Edifico Uriel Gutiérrez, Rectoría incluido) y 23
hectáreas del Parque Simón Bolívar, además del despojo de propiedades y
comercios en la vecindad de la Casa de Nariño, desde la calle 3 a la 11 y entre
las cras 8ª, 9ª y 10ª.
Otro buen
ejemplo también lo constituye la ALO en occidente, no importa que colapsen los
pocos humedales que quedan. La Dra. Carolina Barco Isakson siendo Jefe de
Planeación de Bogotá usó la información privilegiada de su cargo para
favorecerse con la compra de terrenos que ingresaran al perímetro urbano, como
su abuelo en Norte de Santander y su padre aquí mismo. Después fue Embajadora
en Washington y luego Canciller de la República. Eso es hacer las cosas en
orden. Porque “la planeación” da para todo.
El Consejo Nacional de Planeación CNP, los
Consejo Territoriales –CTPs- en los Municipios y los Consejos de Planeación
Locales –CPLs- han sido organismos de fachada, ni decir de sus Comisiones
de Trabajo por Sectores Sociales y por Territorios. El ejemplo vivido y sufrido
en la Localidad 3. Santafé en Bogotá (desde el CPL 2001-2003 y hasta el actual
2016-2019) es de antología y similar en los Municipios y las Localidades del
Distrito Capital.
Esto puede y debe cambiar. Vamos por una Planeación de
verdad, desde lo local, desde cada Consejo por UPZ, desde cada Barrio, desde
cada Vereda !!
EN BOGOTA Y
SUS LOCALIDADES
Lo primero es el presupuesto para
Localidades: Que se trata de máximo hasta el 20% del presupuesto del Distrito.
Es mentira, es hasta el 20% pero del 20% que son los ingresos corrientes de la
ciudad. Resulta entonces máximo el 1/400 del presupuesto como promedio
local. Hagan sus cuentas, este Plan del Distrito es de 80.8 billones. O sea
20.2 billones/año.
Bajo Mockus,
Peñalosa y otra vez Mockus (finales de los 90s e inicios 2000) fue solo del 10%
de ese 20% para Localidades, ese fue el tamaño real del interés por la pobreza
y la descentralización de esos Gobiernos. Con Lucho Garzón llegó al 20% del 20%
pero para hacer la misma parodia de una
“planeación” equivalente a dilapidar cerca de un billón de pesos en veinte
Fondos Locales para financiar propuestas pobres para pobres. De manera
cínica aspiran –en cada nueva ocasión- a volver a ser Alcaldes Mayores y hasta
Presidentes. Lo cual acaban de conseguir (2015) con la Alcaldía Mayor de Bogotá
después de la papaya que le heredaron 12 años de Gobiernos de la llamada
izquierda, por haber sido ejecutores del mismo modelo de ciudad heredado de
casi 800 Administraciones de los Partidos tradicionales y dejar al desnudo la
ausencia de una real propuesta alternativa.
Con el última
Administración, de Gustavo Petro, la verdad es que hubo el agitar de algunas de
las banderas alternativas –sobre medio ambiente, mínimo vital de agua, basura
cero, defensa de lo público y otras- pero el solo agitar de las banderas no
produce resultados transformadores.
Lo segundo, es la parodia de los Encuentros
Ciudadanos y el jueguito del “teléfono roto” en que estamos inmersos aún:
Una cosa dice el ciudadano, ejemplo, “tenemos necesidad de ingresos básicos”,
otro lo que traducen los Alcaldes Locales, otro lo que acuerda con cada entidad
distrital, otro lo que éstas sacan como términos de referencia para que unas
ONG´s concursen por los recursos y otro lo que la ONG ganadora resulta haciendo
en la práctica. Así, no es de extrañar que quienes dicen que tienen hambre
reciban talleres sobre nutrición, ni los que abogan por ingresos y pidieron
apoyo para organizarse en empresas comunitarias reciban conferencias sobre
administración de negocios, cursillos de panadería y seminarios sobre
modistería y salas de belleza. Es un viejo problema de la dirigencia política y
administrativa en todas las escalas: “piensan pobremente cuando piensan en los
pobres”. No ven soluciones en las necesidades mismas, sino como seguir viviendo
de los problemas populares, como cualquier iglesia. No se quiere oír hablar de vida digna, empresas sociales del tamaño de
nuestros problemas y sueños como pueblos, ni de nueva sociedad.
La planeación sería algo muy distinto, se trataría de aprender a
planear planeando, a formular los proyectos formulándolos, como se aprende a
nadar nadando. Porque no se trata de hacer una repartición de una torta
que –en gracia de discusión- se haga de
manera equitativa y transparente. Esa repartición no es planeación, ni llenar
asistencias participación.
Los proyectos, para que sean respuestas adecuadas a las necesidades,
deben partir de las dimensiones y características que en cada caso tienen, son
elaboraciones científicas, no un juego de intereses entre los amigos de
Concejales y Ediles de las administraciones para repartirse los bocados más
grandes, ni las sobras, que es lo que se hace.
El ejemplo de los Comedores de
Lucho Garzón sirve, no es lo mismo darle de comer a los pobres a que –con ellos
y las redes de madres comunitarias- se organicen empresas y redes de
comercialización de alimentos directo con los campesinos productores y restaurantes populares propios. Además, una cosa es mitigar el hambre y otra
mitigar la pobreza, que es un asunto de ingresos estables y suficientes. No
sirve la disculpa de que la pobreza es un asunto estructural. ¿Qué clase de
disculpa es esa? La pregunta es: ¿Cómo es que se solucionan los problemas
estructurales? ¿Qué tiene que ver el conocimiento -diagnósticos- y su
traducción en proyectos concretos?
Lo dicho y denunciado, lo hecho hasta ahora no es planeación, ni
participación, no se parte del conocimiento serio de los problemas, ni para su
solución real. Los ambientalistas -ejemplo- partimos de un orden de
prioridades ambientales y sociales graves, no importa que tengamos delegados en
cuanta Comisión se inventen; si no hay gestión de riesgos por deslizamientos,
inundación y hacinamiento crítico, las laderas se deslizarán en invierno, la
pobreza extrema seguirá en aumento y las planchas de cemento sin vigas de
amarre seguirán aplastando a la gente.
La participación no puede seguir confundiéndose con asistir a
reuniones, opinar sobre decisiones ya tomadas y demás comedias democráticas. La participación debe ser –de una
parte- la garantía de que nuestros derechos se respeten y -de otra parte- la
capacidad de incidir en los planes y proyectos que afecten la vida cotidiana de
las comunidades.
En Santa Fe hemos estado tomando
decisiones históricas y se lo proponemos a La Candelaria y a Los Mártires
(afectadas por similares problemas) y más allá a toda la ciudad. Vamos a hacer Planes de Vida Digna, Buen
Vivir y Bienestar Social por UPZs, por Barrio y por Vereda, compuestos por
los Proyectos que respondan cabalmente a nuestros problemas de infraestructura,
mejoramiento integral de barrios y veredas, cultura, recreación, en fin. Con
los presupuestos locales, que son esa miseria que hablamos (en Santa Fe menos de
20.000 millones, pero si agobiada por los cartuchos de la descomposición social
y el rebusque de la ciudad, incluida la prostitución -incluso infantil-, el
desmanejo de residuos y el negocio de la pobreza) vamos a intentar procesos
organizativos por UPZs y por Barrios, para luchar los millones que necesitamos
en clave de hábitat digno ante los megaproyectos bimillonarios que gravitan
sobre este territorio.
El bienestar social básico está urgido de que los principios de la
planeación, como la coordinación y la complementariedad (entre las coberturas
locales, distrital y nacional), para que sean el soporte cierto de las
“respuestas adecuadas” (tamaño y características) a los “problemas conocidos”
(sinónimo de diagnósticos serios y base de los
proyectos) y que entre ellos haya la articulación
que los constituya en Plan, para la Vida Digna, que es el mismo Buen Vivir que
hablan desde los Andes de Bolivia.
La danza de los millones del Plan
Centro podrá ser, pero no a nuestras espaldas o –peor aún- en contra de
nuestros intereses como pobladores tradicionales de éste territorio. Cuatro (4)
billones o más para Ciudad Salud Región, cuatro (4) billones o más para San
Victorino Cielos Abiertos, cuatro (4) billones o más para cada uno de los seis
Proyectos Territoriales Integrales del Decreto 492 de 2007, US$5 millones de
dólares o algo más kilómetro/transmilenio que nos fractura y circunda,
crecimiento desbordado de las universidades privadas a expensas de los barrios
populares y tradicionales “abiertos al turismo mundial y que viva en el centro
quien pueda pagar vivir en el centro” -como dijo Peñalosa- mientras hacen sus
cuentas alegres con el Proyecto CAN-Ministerios que anuncia décadas de
trancones, corruptelas, despojos y especulación inmobiliaria y financiera. O
sea, “lo mismo de antes”, como decía Jaime Garzón.
Con la Administración pasada intentamos el hierro caliente de “Salud,
Universidad y Territorio” sobre el caso del despojo increíble del San Juan de
Tod@s, desde la misma Universidad Nacional y los trabajadores de la Salud.
Algo se hizo con el telón de fondo de la indiferencia de quienes dirigen. Lo
volveremos a proponer a los trabajadores de la salud y al movimiento estudiantil
desde este territorio del Centro.
Hay tareas para todos en este 2016, Encuentros Ciudadanos YA en todas
las Localidades, propongamos allí Planes de Vida Digna en cada barrio y vereda
y hagámoslo valer desde las bases con las Juntas Comunales que se eligen el 24
de abril de 2016 y desde junio para el proceso hacia un nuevo POT que incidirá
en los 12 años próximos en cada parte, que debe armonizar sus planes
municipales con el entorno ambiental que los soporta.
Discutamos también cuales son esos Proyectos Estratégicos y de
Gran Impacto que estamos necesitando en cada Localidad. Las Comisiones de
Trabajo deben ser activas por UPZs y Barrios, y no debe permitirse que los
Proyectos Locales sean ejecutados por gentes ajenas a nuestra vida.
Los usurpadores seguirán con sus
planes sobre nosotr@s sin nosotr@s. Es su habilidad y su cinismo con los
recursos públicos, cabalgan holgados sobre la incapacidad de una izquierda y
progresismo que han demostrado no tener propuesta alternativa. Que sea y ojalá
cambien, pero desde las bases afectadas debemos intentar tener nuestros propios
Planes y renovar los Mandatos Populares, para no claudicar sin haber intentado
la dignidad.
SI NO ES DESDE AQUÍ, DESDE DONDE.
SI NO SOMOS NOSOTR@S, QUIENES.
SI NO ES AHORA, CUANDO.
MANDATO POPULAR DEL CENTRO:
NINGUNA DECISION SOBRE NOSOTR@S, SIN NOSOTR@S
Bogotá, 16 de Marzo de 2016
En homenaje de Los
Comuneros del Socorro de 1871 y el Bicentenario de la Independencia 2010-2019
Escribanos:
mandatodelcentro@gmail.commmmmm
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