Colectivo Urdimbre.
las Voces de las Mujeres. .
El tema de la Plaza de Toros, en la ciudad de Bogotá, sigue causando controversia. Actualmente se realizan adecuaciones a la estructura, que se preparará para poliescenario cultural, según las vallas con las cuales la Administración Distrital dispondrá para este espacio. Se da por descontado que la Consulta popular tendrá la acogida suficiente para que la actividad taurina, sea alternada con actividades culturales, como teatro, danzas y demás que concentrará a las comunidades de artistas capitalinos.
Pero que hay de cierto en esto. El alcalde Peñañoza, ha dicho públicamente que apoyará la consulta para que la actividad taurina, tenga otros escenarios, en plazas regionales, idóneas para este fin. Algo asi como trasladar geográficamente el problema a Chia, Cota o Zipaquirá, competencia de Cundinamarca, Pero debemos recordar que el problema sigue siendo la práctica de las corridas de toros y todo lo que esto lleva implícito. Los poderes que han logrado forjarse en torno a una cultura que con el tiempo dejo de ser el sustento familiar, para convertirse en una actividad de las grandes élites no solo ganaderas sino políticas, a quienes les gusta pavonearse con exquisitez, sinónimo de poder social. Esto tiene por supuesto sus connotaciones y símbolos dentro de una sociedad que se resiste a cambiar sus hábitos y percepción de clase dominante.
No será lo mismo. luego de la sentencia proferida por la Corte, que da un plazo de dos años para que cambie el destino y uso de dicha práctica en la ciudad de Bogotá, frente al carácter artístico y cultural que brindará un nuevo escenario, toda vez que involucra quehaceres y hacedores populares, que determinan con su arraigo, nuevas formas de expresión y participación ciudadana, en los destinos de la ciudad. En hora buena, que asi siga sucediendo, con los destinos de nuestra ciudad, pero que tan cierto es, que se haga realidad?...Anochecerá y veremos.
De lo que si estamos ciertos es que generará toda suerte de debates, y no será tarea fácil para los movimientos antitaurinos, que siguen siendo una minoría sin poder significativo, dentro de las jerarquías vetustas y resistentes al cambio, quienes por tradición se codean con las altas cortes, elitistas igualmente, sin que importe el destino de la ciudad y sus espacios para el goce y disfrute de todos los ciudadanos por igual. Concepto que desde luego, esta asociado al poder adquisitivo del bolsillo de los bogotanos. Sálvese quien pueda, es la consigna en esta tierra de nadie, llamada Bogotá.
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