Foto en la Red. Providencia es Colombia.
Toda la solidaridad para nuestros compatriotas, en su triste circunstancia, de la cual no se tiene historia como es el paso de un huracán, que nos haya afectado de esta manera. Es difícil de imaginar, sino se esta viviendo esta catástrofe. Difícil de imaginar la caída de postes de energía, de asfaltos rotos y todo esto volando por los aires... Escenas de terror vivieron los habitantes de las islas de San Andrés, Santa Catalina y Providencia, donde esta última ha llevado la peor parte.
Nos quedamos con el impacto de casas sin techos, perdida de enseres y el desastre de las horas que nadie deseara volver a vivir nunca. Triste realidad, pero lo mas desconsolador será el proceso de reconstrucción de su entorno. Si bien es cierto, las tragedias naturales son fortuitas, las medidas preventivas, deben ser manifiestas y operar con efectividad.
No se ha sabido en Colombia, de manera anticipada, cuales son los planes de contingencia, ni los sitios a los cuales acudir en una tragedia de semejante dimensión. Las instancias de Gestión de Riesgos de estos gobiernos de tan poco aprecio a la vida y a la dedicación por los mas necesitados, es la constante que se aprecia en el día a día, aún con el lastre de la Pandemia, que nos ha dejado al descubierto la improvisación y hasta los despropósitos que no faltan, en los manos manejos, por parte de algunas Alcaldías y Gobernaciones, tratando de hacer su Agosto,,,,
Lo cierto es que lo inevitable es mas tormentoso, sin medidas previas, sin suficientes hospitales, recursos y demás. La salud de los Colombianos lleva muchos años en crisis, y con esta magnitud de tragedias, se hace mas evidente la necesidad de una reforma que humanice el servicio y deje de ocuparse del negocio en que se han convertido la atención a los ciudadanos mas necesitados.
Marce Luna UrdimbreRadio.
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