Foto Urdimbre.
Escrito por Marcia Adar.
La
Participación y Las Redes Cívicas
Hoy más que nunca nos vemos avocados en las
ciudades a crear redes para la participación ciudadana debido a que los
problemas que aquejan a las comunidades nos obligan a buscar soluciones
efectivas para vencer las dificultades, que hacen que la vida no tenga la
calidad optima que cada individuo y familia necesitan, para un mejor desempeño
social y familiar; puesto que lo social es un espejo de lo individual, estamos
seguros que la brecha que nos aparta de la gobernancia puede disminuirse y con una efectiva observación de
las comunidades.
Es un error basarse en el descontento para que
sea un detonante de la participación del pueblo, en la política; aquella
premisa bien conocida, que los pueblos tienen los gobernantes que merecen
encuentra en esta reflexión su axioma, puesto que si el individuo observa y
participa no solo limitándose al voto democrático sino extendiendo su
vigilancia a una contraloría social unida al voluntariado, en un común
trabajo de campo, se podrían optimizar y consensuar dentro del marco
legal de las instituciones estatales no solo los proyectos puestos en marcha
por la administración, implementando acciones efectivas para el beneficio
común.
La participación popular en la política pública permite la pertinencia
para evitar los errores que tanto han perjudicado en nuestro país el patrimonio
de todos; además que podría evitar el desperdicio del recurso público para que
las inversiones funcionen de una manera más practica con el consenso de todos puesto
que la fiscalización del gasto público a través de las auditorias estatales se
limitan al cumplimiento de un mandato legal de inicio y termino, arrojando en la generalidad informes técnicos
administrativos e informes contables, y en ocasiones sin un
acompañamiento y continuidad sobre el impacto social de manera
permanente ;
Es lógico razonar que con el cambio de una nueva administración los
proyectos ejecutados tengan que volver a partir de cero en muchos lugares, en
tanto se buscan los especialistas adecuados para dar continuidad a dichos
proyectos, perdiendo gran parte de su retroactividad en algunos casos y las
inversiones pierden durante estos procesos su efectividad.
No hace falta más que medir el descontento en
temas de: seguridad , educación, vivienda, salud y alimentación, para que sirva
de radiografía al estado, de que su efectividad o deficiencia al gobernar, pues
en la segunda instancia podrá medir esto por el malestar que genera en los
diversos grupos sociales que salen a una protesta y esto solo en temas básicos
como los antes mencionados sin ahondar en asuntos más profundos como medio
ambiente, derechos naturales y humanos.
Las dimensiones de la participación ciudadana
son mucho más importantes de lo que se piensa, contrario a lo que opinan muchos
de quienes gozan del poder político en la nación, la participación del común es
una importante herramienta que el mismo gobierno puede aprovechar como una
extensión de sus funciones gobernantes para evitar la deficiencia en los proyectos
puestos en marcha, evitando la sensación cada vez más creciente de injusticia y
permitiendo aprovechar la fuerza de contraste
de quienes la critican y que
generan comportamientos sociales, que pueden ser impredecibles para un gobierno
como se ha visto a través de la historia de otros países, ante las decisiones
unilaterales del estado, que pueden de un modo beligerante sumir una nación en
el caos. Se requieren nuevos modelos `para una mejor relación entre las
políticas de gobierno y la sociedad civil. Pero si el ciudadano común no se
educa y se concientiza de la vital importancia de que estas redes cívicas aporten
lo necesario para incrementar una mejor adaptación del estado a la ciudadanía, esa brecha entre
el gobierno y la sociedad civil nunca se va a salvar.
Marcia Adar.
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