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Foto Urdimbre radio.
Comentario Dirección y Redacción.
Escrito por portal La Silla LLena
La importancia de incidir cuando las mejores apuestas se realizan en torno a la Paz, hace reflexionar al pais en pleno, acerca de como articular las voces y las acciones que han sido el insumo vital de la política Nacional de Estado como es la Paz. Tal vez aún no se ha dimensionado por parte de la ciudadanía, el objeto de esta, como la obligatoriedad de cumplimiento de todos los colombianos, como voluntad nacional, promovida, promulgada y decretada como ordenanza, por el Congreso de la república y la Corte Constitucional, es decir elevada a Norma Constitucional en los próximos cuatrenios.
El Estado colombiano, debe propender por su estricto cumplimiento, según lo firmado. Realidad que con grandes problemas, el gobierno actual ha iniciado conjuntamente con los organismos internacionales y paises garantes de su debido cumplimiento. Por lo tanto, No esta el cumplimiento de su legislación e implementación, sujeta a la voluntad de quienes han rechazado los acuerdos, por razones de carácter subjetivo o intereses de partidos de oposición, puesto que es un hecho que ya transitó la opinión nacional y se ha conformado como política a seguir por el Estado Colombiano.
En este marco general, la participación se promueve para consolidar su ejecución como eje trasversal de la vida nacional, con garantías de Reconciliación, Paz y Desarrollo a todas las poblaciones, a lo largo y ancho del país.
Es un hecho contundente y real, desde donde se deben enfocar todos los esfuerzos y recursos humanos, para consolidar la voluntad nacional. Su ejecución compete no solo a lo nacional sino que trasciende al interés de ciudadanos del mundo, representados en los países y organizaciones internacionales que le acreditaron como compromisarios. Estas redes de apoyos de gran impacto, deben tejerse en una sola voz, de defensa de la integridad y vida de los actores en los territorios, donde hoy los mercenarios de la guerra, siguen agenciando y poniendo en riesgo, no solamente la vida, sino las formas organizativas en torno al posconflicto y la implementación de los Acuerdos, en los distintos territorios. Hoy mas que nunca urge la voz y presencia de los países acompañantes y garantes de Paz en nuestras comunidades.
La
sociedad civil es la única forma de prevenir la guerra: Mary Kaldor y Ole
Weaver
Justo en la semana en la que el posconflicto parece más amenazado por
las disidencias, los problemas de la sustitución de coca y la política
electoral, estuvieron en el país dos de las personas que más han estudiado el
tema de la construcción de paz
Justo en la semana en la que el
posconflicto parece más amenazado por las disidencias, los problemas de la
sustitución de coca y la política electoral, estuvieron en el país dos de las
personas que más han estudiado el tema de la construcción de paz: Mary Kaldor
,la directora de la Unidad de Investigación sobre Conflictos y Sociedad Civil
del London School of Economics and Polítical Science, y Ole Weaver, el director
del Centro de Resolución de Conflictos Internacionales de la Universidad de
Copenhague.
Aprovechando que estaban en
Bogotá invitados por la Universidad del Rosario, conversamos con ellos sobre lo
que implica la transición de la guerra a la paz.
Andrei Gómez-Suárez: ¿Estamos
frente al fin de una “vieja guerra” o la emergencia de una “nueva guerra”
caracterizada por una mayor criminalización de la violencia?
Mary
Kaldor: Las “viejas guerras civiles” eran clásicas confrontaciones entre la
izquierda y derecha y predominaron durante la Guerra Fría (1960 a 1990).
Las “nuevas guerras” se centran
usualmente en disputas sobre la identidad y se crea una economía política
depredadora en la que múltiples actores armados acumulan dinero a través de la
violencia y en la que dichos actores pueden crear identidades extremistas.
AGS: ¿Cómo ve el caso de
Colombia?
MK: En Colombia
ha habido elementos de ambas, ya que problemáticas alrededor de la tierra y la
pobreza han sido muy importantes. Después de 1989, el conflicto armado en el
país se criminalizó y se construyó una economía de guerra.
El Acuerdo de Paz entre el
Gobierno y las Farc es el punto de partida para empezar a resolver la pobreza o
la desigualdad; sin embargo, hay que buscar formas de reversar la economía de
guerra, ya que como lo hemos visto, en Colombia la violencia continúa después
de un acuerdo de paz, porque la violencia no está solamente relacionada con el
conflicto social.
AGS: ¿Es más o menos letal la
violencia sin la identidad ideológica que tenía antes?
MK: Quizá por eso
hay más esperanza para que Colombia salga de la violencia, porque en otras
latitudes las identidades se atrincheran en la violencia después de un acuerdo
de paz.
AGS: ¿Cómo puede el Estado y la
Comunidad Internacional enfrentar la criminalización del uso de la violencia?
MK: Ese es el
gran reto que se enfrenta en todos los escenarios de violencia. Por ejemplo, en
Siria, desde que empezó el conflicto, ha habido una reducción dramática de la
economía formal y un aumento sustancial de la economía ilegal.
Por tanto, quienes están
involucrados en redes violentas tienen un gran interés en mantener el desorden
para proteger el negocio del contrabando y la extorsión. Eso tiene muchas
similitudes con Colombia.
Quizá lo que debemos entender
es que lo que llamamos guerra o conflicto, es un nuevo sistema social.
Si antes el comunismo era la
alternativa al capitalismo. Hoy el desorden criminalizado es la alternativa al
capitalismo. Es la otra cara de la globalización. Probablemente debemos
desarrollar un nuevo sistema social para reversarlo.
Mucho se puede hacer desde lo
local, pero es importante recordar que lo local está integrado en circuitos
globales.
AGS: ¿Qué se puede hacer desde
lo local?
MK: Tres
desarrollos claves para desactivar el conflicto en lo local serían: generar
medios alternativos de subsistencia legal para las comunidades, hacer efectiva
una política de redistribución de la tierra, y consolidar autoridades legítimas
en los territorios.
Esto implica establecer
diálogos multiactor y recurrir a líderes tradicionales en los que la gente
confía. Todo esto es importante. Sin embargo, es fundamental la dimensión
internacional.
La construcción de paz en
Colombia será muy difícil si no hay cambios en la política global contra las
drogas por parte de Europa y Estados Unidos.
AGS: Precisamente el Acuerdo de
Paz plantea una política diferente, pero me gustaría preguntarle a Ole ¿puede
prosperar el Acuerdo si Estados Unidos mantiene su política global contra las
drogas?
Ole Weaver:Es una
ilusión pensar que la violencia desaparece después de un acuerdo de paz porque
la mayoría de problemas continúan.
Sin embargo, la guerra es el
peor contexto para resolver conflictos sociales. Por tanto, es mucho más fácil
resolver las causas del conflicto cuando no hay enfrentamientos armados.
Esto nos lleva al tema de la
“securitización” porque transformar un problema social en un problema de
seguridad nacional es una de las formas más eficientes de simplificar los
problemas.
Cuando se “securitiza” un
problema se convierte en una amenaza a la existencia de un grupo, lo cual
permite toda clase de excesos.
Por ejemplo, la guerra contra
las drogas es concebida como un problema militar, así su resolución se reduce a
una solución militar, lo cual impide pensar dinámicamente sobre el problema.
AGS: ¿Podríamos pensar la
“securitización” de hoy como la militarización experimentada durante la Guerra
Fría?
OW: Hay
diferencias entre securitización y militarización. La militarización tiene dos
aspectos: una lógica militar y componentes militares.
La securitización es la
militarización de la mente de actores sociales; así se crea un marco para ver
los problemas sociales con una lógica militar. Se impone la visión de enmarcar
los problemas como si fueran enemigos absolutos que debemos derrotar, tal como
ha ocurrido con los carteles en la guerra contra las drogas.
Securitizar un problema social
cambia la forma de pensar y actuar de actores sociales sin que éstos sean
partícipes de discusiones amplias, tal como ha ocurrido con la guerra global
contra el terrorismo.
AGS: El Acuerdo de paz, para
utilizar sus palabras, busca “desecuritizar” el problema de las drogas. ¿Podría
Colombia sentar un precedente para cambiar la política mundial al respecto?
OW: Desecuritizar
no implica negar un problema sino hacerse la pregunta: ¿realmente este
problema, cualquiera que sea, se resuelve mejor enmarcándolo en una lógica de
guerra?
Por ejemplo, desecuritizar la
migración implica dejar de ver a los inmigrantes como una amenaza a la
seguridad nacional, no como un problema de política pública.
Por tanto, desecuritizar un
problema permite identificar los diferentes componentes que pueden ser tratados
de mejor manera por otros sectores de la sociedad: este es un reto social, este
es un problema económico, este es un problema sobre identidad, así se puede
aproximar al problema de manera más constructiva.
Deshacernos de una idea como
“la guerra contra las drogas”, nos permite ver los componentes que hay detrás
del problema de las drogas para empezar a trabajar en ellos de una forma más
productiva.
AGS: Mary su trabajo sobre el
papel de sociedad civil ha sido muy influyente ¿cuál debería ser el papel de la
sociedad civil y cuáles son los retos para consolidar una paz estable y
duradera?
MK:La sociedad
civil es clave. Es más, las “nuevas guerras” son contra la sociedad civil. Y
quizá esto explica el surgimiento de la extrema derecha en Colombia.
Todas las guerras que he
estudiado empiezan con “marchas por la democracia.” Ha pasado en Bosnia, Siria,
y Ucrania; sin embargo, el mundo entero asume que el conflicto armado es igual
que la demanda por democracia.
En Bosnia se pensó que los
musulmanes eran los demócratas, igual en Siria se piensa que la oposición
representa la democracia. Pero en ambos casos los que iniciaron las marchas
estaban en contra de la violencia, eran todo lo contrario a lo que uno podría
llamar “empresarios del conflicto,” quienes reclutaron a hombres jóvenes y
pobres de las zonas rurales para pelear en las milicias.
Al final, las personas que se
oponen a la violencia crean organizaciones de base de la sociedad civil para
hacer mediación, para defender los derechos humanos, para documentar crímenes
de guerra, tratan de proveer educación y salud, y de hecho ellas son las
primeras en ser asesinadas o arrestadas.
En Bosnia, las organizaciones
de la sociedad civil decían esto es una “limpieza intelectual” no “limpieza
étnica”.
El problema de la comunidad
internacional es que no se da cuenta de que la sociedad civil es la solución al
conflicto armado. Por tanto, el proceso de paz debe ser una alianza con la
sociedad civil para parar la violencia.
OW: La
investigación sobre Siria de una de mis estudiantes reafirma la afirmación de
Mary. La gente en la oposición nunca se volvió violenta, ellos trataron de
buscar otras formas de expresarse. Los que se volvieron violentos fueron otros.
Pero así no ha sido reportado por los medios de comunicación globales.
MK:Y también
está conectado con temas de identidad. En Ucrania, por ejemplo, la violencia se
asocia a etnias ucranianas y etnias rusas. Y los medios de comunicación
occidentales compran esta narrativa acríticamente. En el caso de Ucrania, el
conflicto ha sido contenido en casi todo el territorio por el papel de la
sociedad civil.
AGS: Siguiendo en esta línea
Ole ¿en el contexto de desecuritización cuáles son las oportunidades para que
la sociedad civil pueda resolver los problemas que han permitido la
prolongación del conflicto?
OW: El vínculo
entre sociedad civil y desecuritización es de doble vía. Por una parte, la
sociedad civil es clave en lograr la desecuritización de un problema, ya que
esto implica impedir que una agenda sea monopolizada por la idea de que hay una
amenaza a la existencia de un grupo, razón por la cual hay que limitar los
derechos y los procedimientos del estado de derecho.
Los políticos no están
interesados en hacerlo. Por tanto, solo es posible cuando se posicionan actores
sociales que ven los problemas con otros lentes y cuentan diferentes historias
permitiendo tratar los problemas de otras formas.
Por otra parte, una vez se ha
logrado desecuritizar un problema hay más espacio para la sociedad civil, ya
que las excusas para implementar políticas de arriba hacia abajo pierden
legitimidad y sustento, impidiendo que se siga tratando problemas desde una
lógica militar.
MK: Me gustaría
terminar diciendo que la sociedad civil siempre sufre en el contexto binario de
un conflicto. Por ejemplo, de alguna forma la Guerra Fría se prolongó porque la
gente del movimiento por la paz era vista como aliada de la Unión Soviética y
los movimientos de derechos humanos eran vistos como aliados de Occidente.
Eso es lo que la guerra contra
el terrorismo ha hecho. Los conflictos a lo largo del planeta han diezmado a la
sociedad civil. Tristemente, la Comunidad Internacional trata de pagar para
crear una sociedad civil artificial en las zonas de conflicto.
El verdadero dilema que
enfrentamos es que la guerra es una forma eficiente de destruir a la sociedad
civil y sin embargo la sociedad civil es la única forma de prevenir la guerra.
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