foto de PATRICIA RIVERA. El Arte de Sobrevivir en Cuarentena.
El Homo Sapiens desnudo y sus Vergüenzas
Por Alfonso Avellaneda Cusaría.
Comentario Nuestra Actualidad. Urdimbre R.
¨ El Homo sapiens desnudo y sus
vergüenzas,¨ por Alfonso Avellaneda Cusaría
¡!Qué maravilla!!, estamos
viviendo, gracias al COVID-19 un gran momento histórico, de Norte a Sur, de
Oriente a Occidente la Humanidad esta desnuda y mostrando sus vergüenzas, que
no se pueden tapar con hojas de parra, como, según la religión cristiana
tuvieron que hacerlo Adán y Eva al salir del paraíso. No, en 250.000 años
aproximadamente de existencia de la especie humana sobre el Planeta Tierra, no
se había visto en todo este espacio geográfico viviendo y sintiendo al mismo
momento una sola vivencia, tener que encerrarse en sus limitados espacios de
vida a todos los humanos, no importa que en unas latitudes sea de día y en
otras de noche, que en una el sol este en el amanecer, en otras en el cenit y
en otras en el ocaso.
Esta desnudez, infortunadamente nos
avergüenza, porque no es la desnudez del cuerpo humano, que no tiene nada de
qué avergonzarnos por este, ya que es una de las maravillas de la naturaleza,
sino del cuerpo social a donde nos ha llevado una Modernidad espuria a cuya
cabeza se ha puesto un régimen de dominación: el capitalismo. En efecto, los
países Noratlánticos: Europa Y Norteamérica, en la primera donde nació la
Modernidad y las primeras grandes potencias planetarias Grecia, Roma, España,
Portugal, Alemania, Francia e Inglaterra se están mostrando al orbe, gracias a
los sistemas informáticos globalizados, tal como son: territorios de
desigualdad e injusticia, de concentración del poder y violación de los derechos
fundamentales a la vida y la salud. Como decía el poeta pablo Neruda, “Ellos
aquí trajeron los fusiles repletos de pólvora, ellos aquí trajeron el acervo
exterminio”, refiriéndose a la forma como a nombre la Modernidad y la
civilización Europa y Norteamérica, han ocupado las tierras del Sur en los
últimos 500 años y ahora la realidad los muestra como son: Ciudades lujosas que
escondían tugurios de pobreza, poblaciones vulnerables y vulneradas en sus
derechos, ancianos desprotegidos, naciones que están compitiendo en este
momento histórico de pandemia. cual es la que pone más muertos diariamente en
la carrera, hasta ahora perdida contra el COVID-19.
Aquel país gobernado por el racismo
extremo, por el emperador más arrogante que quiere invadir países con sus
grandes flotas militares, está mostrando la realidad del Sueño Americano.
Nueva York, una hermosa ciudad donde se resume lo mejor del cosmopolitismo
global con sus riquezas arquitectónicas y sus expresiones artísticas, donde las
naciones del mundo tiene un espacio neutral para debatir en la sede de las
Naciones Unidas, está mostrando su agudo subdesarrollo con millones de
poblaciones empobrecidas que desde el mismo centro del Manhatan se extienden
por debajo de los puentes hacia Queens, Harlem,.. y van dejando día a día
millares de muertos. Italia, la otrora poderosa nación, centro del Imperio
Romano, no puede esconder sus muertos detrás de las maravillas de Roma,
Venecia, Florencia y Milán, porque son demasiados para ocultar esa verdad de
subdesarrollo en relación con lo más sagrado de lo humano, el derecho a la vida
y la salud. La arrogante Inglaterra, donde el capitalismo se inauguró con
fuerza durante los siglos anteriores y que con sus barcos domino el mundo, se
ha separado de Europa para no seguir mezclada con un continente en decadencia,
ve como Londres presenta un espectáculo de desolación y muerte. La población
inglesa se está mirando en su propio espejo. España, donde el segregacionismo
hacia
Latinoamérica no puede esconderse, ahora tampoco puede esconder su
desgracia y su confusión frente al virus que desnuda su incapacidad día a
día.
Las pandemias de hoy, seguramente
no causaran tantas muertes como en el pasado por millones, pero en un mundo
globalizado, que gracias a la ciencia se declaraba seguro, bastará con unos
cuantos miles de muertos en distancias de miles de kilómetros a la vez y por la
misma causa, que no se puede controlar, para que ese mundo global que había
proclamado haber llegado al fin de la historia se aterrorice porque
significa el fracaso del progreso, del autoproclamado Desarrollo con mayúscula
y es como el volver a empezar en medio de la confusión y el caos, porque les
duele reconocer que el Dios Dinero, personificado en el Dólar como moneda
global dominante y su agente el mercado no pueden hacer nada frente a este
David, que sin una bala siembra la muerte en las entrañas más seguras, las
megalópolis capitalistas. Les duele sentir que hoy Nueva York está por debajo
de las despreciables e inseguras, según ellos, favelas de Rio de Janeiro o los
barrios pobres de Calcuta o la miseria que dejaron las conquistas inglesas en
Johanesburgo y Bombay.
Por el lado de nuestra América
Latina, territorio de indígenas, mestizos y afrodescendientes, estamos viviendo
a merced de los regímenes de los serviles del neoliberalismo más arrodillados
que ninguno, en relación con a las potencias económicas de Estados Unidos y
Europa, que se esconden para mostrar su fracaso, como en el caso del gobierno
ecuatoriano que tan pronto aprecio el Covid-19, dijo a alta voz que Venezuela
iba a sucumbir, ha tenido que tragarse sus propias palabras ante el infinito
desastre de Guayaquil, donde los muertos por centenares bajan por el río Guayas
hacia el Pacífico; Bolsonaro en Brasil, mantiene los ojos puestos en Estados
Unidos como el salvador del mundo, no quiere reconocer su incapacidad para
enfrentar la epidemia y esa potencia de los países emergentes del BRICS que
agrupa a Brasil, Rusia, India, China y Sur África, orgullo del Sur, están hoy
gracias al régimen cuasi fascista y segregacionista en la incertidumbre y la
crisis humanitaria en sus ciudades.
Los demás países incluida Colombia,
que además se unió a Trump para condenar a la Organización Mundial de la Salud
y ha encabezado la ofensiva contra Venezuela, continúan plegadas al espejo de
Estados Unidos y parecen simples peones de brega o verdugos en las jugadas
geopolíticas por el dominio del territorio entre Estados Unidos, Rusia y China.
Venezuela como pueblo, a pesar de estar sufriendo los infames cercos y económicos
de Estados Unidos, condenados por Naciones Unidas, está sorprendiendo con el
control del COVID-19 y recibe miles de sus compatriotas que por segregación o
por desilusión están regresando de Perú, Ecuador y Colombia a su territorio
original y Cuba que continua bajo el bloqueo de Estados Unidos, ha venido
respondiendo con solidaridad y acompañamiento de brigadas de médicos a diversos
países.
La dramática situación de New York,
conocida como Capital del Mundo, nunca había mostrado con tanta evidencia la
validez de dicho apelativo, en efecto, allí se está viviendo la realidad de lo
que es la Modernidad con su despliegue de riqueza y recursos, su arquitectura y
el hábitat de casi todas las expresiones culturales del planeta entero: el
barrio chino, el barrio italiano, las extensas zonas latinas y los barrios de
colombianos como los hay en la zona de Queens, pero también las expresiones mas
profundas de la segregación racial y económica. Allí esta el centro del poder
económico del capital, insignia del capitalismo en su fase más refinada y
violenta, el capital financiero, en Wall Street que contrasta con los
escenarios del origen de la salsa en los barrios negros de Harlem y otros. Pero
también sobre la Gran Manzana y sus territorios vecinos que
conforma la Capital del Mundo, en
los guetos de inmigrantes de todas las nacionalidades de países del Sur
(África, Asia y América Latina), es donde con mayor fuerza se esta expresando
la muerte producida por el COVID 19. En esta ciudad han muerto en un mes más
seres humanos que los soldados norteamericanos en la Guerra perdida de
Vietnam.
En otras palabras, esta ciudad
insigne de la Modernidad ha desnudado al Homo sapiens con todas sus
vergüenzas: territorio de la segregación, la miseria y la muerte de la
humanidad, por eso nos duele, porque allí están nuestros hermanos de nación, de
pueblo, de etnia, de cultura, de sangre, de leyenda, aquellos que soñaron con
el Sueño Americano como la posibilidad de vivir en el Paraíso Terrenal,
hoy viven la realidad, que la nación más poderosa, Estados Unidos los ha
abandonado a su suerte, y después de haber entregado sus vidas por varias
generaciones a esta nación, en el momento más crítico son las principales
victimas del virus, debido a que son los más vulnerables: sin servicio de
salud, sin empleo, sin vivienda digna, sin esperanza, sin desarrollo, mostrando
al mundo que el llamado subdesarrollo, utilizado para denominar de manera
prepotente y despreciativa a los países del Sur, por los sabios de la economía
global de Wall Street, con su títulos de Harvard, Oxford y otros grandes
centros de la “ciencia”, también se vive en el propio corazón de su imperio
norteamericano y Noratlántico. Los países donde nació la Modernidad, símbolo
del Fin de la Historia, por quienes consideran que es la expresión
máxima y última de la expresión humana, viven hoy la crudeza de sus resultados
en la cuna de la misma: Italia, Alemania, Francia, Inglaterra y “nuestra “Madre
Patria”: España, todo esto es la expresión cruda del capitalismo en su fase mas
violenta y segregacionista el neoliberalismo.
Esta cruda realidad, contrasta por
otra parte con las respuestas de la Naturaleza en esos mismos territorios,
expresiones de especies de la fauna silvestre, que los “científicos” de la ecología
de la ignorancia, los “sabios” de la biodiversidad” habrían declarado
extintas, están recorriendo hoy las calles de Paris y de otros pueblos y
ciudades de Europa y Norteamérica, pero también de nuestras ciudades en
Latinoamérica y Colombia. En Bogotá los bellos zorros silvestres de los bosques
altoandinos recorren uno de los centros de la Modernidad bogotana, el barrio
Santa Barbará en la localidad de Usaquén y en la costa del Pacífico los grandes
rebaños de delfines nos muestran sus danzas de la vida. Esto nos trae un mensaje
de esperanza: Si bien la degradación ambiental con todo este capitalismo
extractivista que vivimos ha sido profunda, la Naturaleza se resiste a
desaparecer y nos convoca, con estas expresiones a los humanos que nos hemos
creído por encima de ella, que nos hemos autoproclamado dioses con el arma del
capital dinero, a que dialoguemos entre hermanos, porque somos todos hijos de
una sola madre: la Tierra, la Pacha Mama, en la bella expresión de nuestros
pueblos ancestrales, de los pueblos fundantes de la nación colombiana y de
Latinoamérica entera: los pueblos indígenas.
Esta realidad global, nos muestra
que la Naturaleza que hemos denominada salvaje y la naturaleza humana, que
hemos considerada superior a la primera, son globales y son únicas como expresión
de la vida en todo el Orbe. Que la expresión de lo salvaje es la humanidad bajo
el dominio del capitalismo y que las expresiones de la naturaleza no son
salvajes sino silvestres, libres, resilientes, sabias, llenas de expresiones de
vida que contrastan con las expresiones de la guerra, la segregación, la
violencia, la muerte de los grandes señores que dominan las naciones más
poderosas desde Washington, Paris, Tokio, Londres, Berlín y en Colombia desde
Bogotá, desde el Palacio de Nariño, el Ejecutivo con el lenguaje diario por la
TV, distractor alrededor del COVID-19, quiere tapar la realidad de la violencia
contra los líderes sociales, la violación de los derechos humanos por la
Inteligencia Macabra que anida al
interior del Ejercito y la Fiscalía y la pobreza y miseria extrema que viven
los trabajadores colombianos que en un 60% viven del trabajo informal, del
producto de sus oficios día a día, sin servicio de salud, sin vivienda digna,
pero también de los trabajadores profesionales que han perdido su empleo y su
calidad de vida, ganada con gran esfuerzo por generaciones, de la noche a la
mañana, se ven empobrecidos, de población de la tercera edad donde solo 10%
tiene derecho a la pensión, mientras los pocos dueños del capital financiero se
enriquecen gracias la expoliación sobre toda la economía, favorecido por las
políticas gubernamentales que hoy tiene su expresión mas cruda en las
presentaciones presidenciales diarias del Ejecutivo, que no son mas que un
sainete, un acto teatral del buen hijo, frente a sus padres que lo colocaron
allí, gracias al juego de capitales salidos de los bancos de Sarmiento Angulo,
gran jefe de ellos y su tenebrosas alianza con el capital del narcotráfico y de
los dueños de las principales empresas extractivistas de carbón, oro, níquel,
energía, petróleo palma africana, caña de azúcar y los innombrables señores
semifeudales, dueños, unos pocos ellos, de la mayoría de las cuarenta millones
de hectáreas de ganado improductivo y degradante, de extensos territorios donde
se ha enseñoreado la violencia contra campesinos, afrodescendientes e
indígenas, que desde la Federación de Ganaderos y del Parlamento, ordenan a
todos los poderes del Estado para que las cosas sigan como han estado, hasta
ahora: el poder para unos pocos y la miseria para la inmensa mayoría del pueblo
de Colombia.
Aquí, en este suelo, en esta tierra
de la Colombia profunda, hemos visto como la guerra que por las inmensas
riquezas que nos ofrece el territorio se ha desarrollado durante muchas
décadas, con seis millones y medio de desplazados y 250.000 muertos en los
últimos 25 años, toda nuestra vida de los que nacimos por allá entre 1940-1960
ha dado, por lo menos por ahora un triunfador, el señor del narcotráfico Pablo
Escobar, sus métodos, sus propósitos y sus objetivos de doblegar al país con
los dineros fáciles y el paramilitarismo como su instrumento, han doblegado a
esta nación y ha llegado al ejecutivo en tres gobiernos, que han dominado el
panorama político y los poderes del Estado por su heredero, el innombrable,
incluido el gobierno actual. A través de su poder han impedido que se consolide
la Paz, porque la guerra es su hábitat, es así como el COVID-19 se está
enseñoreando sobre poblaciones vulnerables y liquida con preferencia a quienes
están débiles por alguna enfermedad, generalmente propiciada por ambientes
contaminados o por las condiciones de pobreza, miseria e inexistencia de un
sistema de salud que dignamente atienda a la población a todos los
niveles.
No solamente se ha descuidado la
población en su derecho a la salud, derecho fundamental y básico para vivir
bien y producir, sino que se la ha privatizado este derecho humano, desde
Europa, Estados Unidos y por supuesto Colombia, para que los señores de la
guerra y el neoliberalismo hagan dinero, para eso se crearon los Fondos
Privados y las EPS, para que los recursos que deben garantizar el bienestar
sanitario de la población fueran una mina más de riqueza. Las locomotoras del
desarrollo minero, energético, de infraestructura y de agricultura capitalista
con monocultivos de palma africana y azúcar, en los últimos 30 años han visto
fluir inmensas cantidades de capital, que se queda fuera del país y han dejado
en los territorios que los han enriquecido a millones de personas en la pobreza
y el desamparo. Territorios destruidos, ríos como el Cauca, gracias a la
Represa de Hidroituango, aguas abajo con miles de miles de pescadores,
agricultores y gentes del comercio en grave crisis sanitaria, económica y
social. En Boyacá y Cundinamarca, Santander, Cesar, la Guajira, Córdoba,
tierras de grandes minerías a cielo abierto de carbón, puzolana, materiales
de
construcción, dejan niños con
infecciones respiratorias agudas (IRA), en muchos de estos asentamientos en
Barrancas, Albania, Cogua, Samacá, Sogamoso, Duitama y Paipa están cerca de las
escuelas rurales.
El agua, que en este período
COVID-19 se ha visto como el principal recurso para prevenir la enfermedad en
gran parte del país, la población no tiene derecho a usarla porque ha sido
destruida por el extractivismo minero y energético y por una agricultura
alimentada con plaguicidas o por las aguas residuales industriales y domesticas
que después de 36 años de emitido el Decreto 1594/84, que fijó un plazo de 11
años para ser tratadas adecuadamente con el fin de controlar la contaminación
de este recurso y prevenir enfermedades diarreicas agudas(EDA), aun no se ha
cumplido, siendo una de las causas principales la privatización de este recurso
básico y derecho humano, reconocido por Naciones Unidas como tal, un profundo
fracaso del llamado Sistema Nacional Ambiental, detrás del cual están las
trasnacionales del capitalismo verde (IUCN, Natural Conservation, Fundación
Natura, Conservación Internacional) que dictan las políticas al Estado para que
sin dolor entregue la biodiversidad, patrimonio nacional y base de la soberanía
alimentaria a los bancos genéticos del Norte y el agua del rio Magdalena,
corazón de esta Colombia, para que sea ahogado por las hidroeléctricas como
Betania y El Quimbo.
En este escenario de crisis, donde
el COVID-19 ha desnudado el hábitat del Homo sapiens y dejado ver sus
vergüenzas a que lo ha llevado el capitalismo, no cabe ninguna lágrima más, es
necesario recoger las mejores lecciones de las luchas emancipatorias de
todos los pueblos del mundo y levantarse una vez más, esta vez en forma
global, ya que la situación actual nos ha demostrado que a pesar de la
diferencia de etnias y manifestaciones culturales y geografías, somos Humanidad
que se declara en resistencia frente al capitalismo y su manifestación mas
clara el neoliberalismo, reivindicando la vida, el trabajo campesino, el
trabajo de asalariados y creativos a todos los niveles, la agricultura sana
libre de plaguicidas, las aguas limpias, los paisajes urbanos llenos de
árboles, flores y aves.
Reconocer el fenómeno de la vida,
el fuego de la vida que tiene su origen en la luz solar sobre una hoja
verde, ahí está el reconocimiento de nuestra existencia con diferencias de
pensamiento y credos, pero con un solo propósito la búsqueda de la Paz, el
respeto a la dignidad y la reivindicación de la salud y la vida, bienes
esenciales de todo ser humano, que solamente se pueden disfrutar en ambientes
de naturaleza exuberante. Los sueños del dinero como bien esencial son la
pesadilla del presente, desafortunadamente (¿o afortunadamente?) el COVID-19
nos ha despertado (¿Por fin nos hemos despertado?) para que nos miremos al
espejo y nos lavemos las manos con agua pura y nos vistamos con trajes de los
artesanos o industriales de nuestros territorios, nos desayunemos con productos
de la agricultura limpia, nos demos un saludo y un abrazo, para vivir con
dignidad los buenos días que nos esperan. Bogotá, mayo 5 de 2020.
Creer en medio de la desesperanza...
Por Lucia Vasquez...Urdimbre.
Mucho se habla hoy acerca de las secuelas que nos dejará el Coronavirus, en todas las formas de sobrevivencia, pero lo mas significativo parece ser el tema de las economías creativas, que a fuerza de reinventarse, han impuesto un lenguaje en las diferentes redes sociales. Nos hemos adaptado sin lugar a dudas, a estas medidas que nos impone el reto de permanecer en casa, como único acto válido, preventivo contra la pandemia, que ninguna mente había imaginado hoy, por lo cual no podríamos establecer correctamente el interrogante: Qué tan preparado se encuentra nuestro país, para enfrentar la crisis generada por el fenomeno COVID 19, más conocido como Coronavirus.
Hemos decidido frente al horror, inevitable, de perdidas de empleos, separación de familias, confinamiento y perdida de confianza en las bolsas mercantiles, y toda suerte de conflictos económicos al interior de los hogares, etc, etc,,y pese a todo, y contra todo pronóstico, florecen las nuevas iniciativas empresariales on line, o aquellas que dan continuidad a través de la red, de lo que fuera por ejemplo una famosa pastelería del barrio Fontibon de Bogotá, o las granjas agrícolas, que un grupo de mujeres han logrado desarrollar con gran destreza, para posicionarse como nuevos mercados cautivos, que tenderán a fortalecerse en un tiempo determinado.
Que tan acostumbrados estábamos a recibir el pan del desayuno a domicilio, a través de una aplicación web, o recibir vídeo llamadas en grupo, clases gratuitas y programas de televisión llamados refritos, que hicieron de la televisión un plan familiar, que para fortuna de muchos, regresan a las pantallas? , ante las soledades que los jóvenes percibían en sus habitaciones, antes de la pandemia...y en espera del retorno de sus padres, luego de una larga jornada laboral, pues si que hemos tenido que cambiar...casi dando el timonazo completo, girando 180 grados, a las circunstancias que nos impone el duro reto de la sobrevivencia, de la mejor manera posible.
Al asumir los retos, hemos podido observar la fluidez de la solidaridad con los mas necesitados, el deseo de apoyar campañas y donaciones, el servicio y asistencia social etc. etc. en la mayoría de los ciudadanos como respuesta instintiva a la dificultad y preocupación por los vecinos, conocidos o no, pero es generalizado, tender una mano, en la medida de las posibilidades de cada uno de nosotros...Pero hay estamos, el pueblo colombiano, dando ejemplo de civismo ante esta emergencia con mayúscula.
No podemos decir lo mismo de nuestros empresarios de aerolineas, bancos y algunos alcaldes que han usufructuado la emergencia, para beneficio personal, con sobrecostos y altas tasas, para el caso de los Bancos, en detrimento del menguado bolsillo de los colombianos, que por esta condición misma, han sido una franja de pequeños comerciantes de pymes, y sectores que el gobierno ha determinado como beneficiarios de créditos a través de la Banca Multilateral Bancoldex, pero la realidad no es de papel...no han recibido dichos apoyos, por no contar con las garantías que requiere el sector bancario, para la realización de estos prestamos, que el gobierno llama auxilios para los empresarios....Quienes nos mienten cada día?
Como si fuera poco, en la lupa de las entidades de control Fiscalia, Procuraduria y Contraloría, están mas de 4000 contratos firmados en el país, con detrimento al patrimonio de los colombianos, provenientes de dineros destinados para compra de mercados a las familias mas necesitadas, en la mayoría de los casos, con la anuencia de políticos y autoridades locales...Sera que existe otro país tan inverosímil como el nuestro?
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